Para Ela Ruaj, la pintura es una práctica espiritual tanto en la inspiración como en la ejecución. Sus obras abstractas proclaman la alegría de vivir y experimentar de una manera nueva, que fue exactamente como Ruaj empezó a pintar hace tres años. Tras cerrar su estudio de Diseño de Interiores en Bogotá, pudo sumergirse en su pasión por la pintura con tiempo y vigor. Lo que al principio parecía fuera de su alcance se convirtió en su profesión, una historia que se transpone maravillosamente en sus coloridas composiciones.

La fe en todas sus formas describe la creencia que uno tiene en algo que no puede ver, ni tocar, pero con lo que se identifica fácilmente. Una de las principales inspiraciones de Ruaj sigue siendo la fe en la que vive. Primero elige un tema y confía en la guía de Dios para que fluya de sus herramientas. Ese tema, como una virtud o, por ejemplo, los dones del Espíritu Santo, recibe entonces una forma experimental, tal vez una que difunda su belleza en la atmósfera de un hogar. 

Sus composiciones cobran vida como medios para hacer visible lo invisible.

Observar la obra de Ruaj a través de este prisma aporta una nueva perspectiva a sus obras. Los ricos colores y formas de Caribe II pueden adquirir un simbolismo y una cualidad de difundir algo más que una imagen, sino quizá un sueño, una moraleja o un ideal. En opinión de Ruaj, es esa energía la que para algunos puede ser un recordatorio de lo cerca que podemos estar de Dios. 

Caribe I ofrece una composición complementaria con una paleta de colores similar, pero introduce nuevos tonos y formas. Como dúo, las piezas se relacionan entre sí con la misma elegancia y poderosa presencia. La notable sencillez de cada pieza tiene la capacidad de establecer un contraste entre su amplio simbolismo y el potencial para un encuentro personal con el espectador. Ela Ruaj devuelve a su obra la profunda pasión y creencia que históricamente ha mantenido al arte como espejo del progreso cultural. 

Desde Rembrandt hasta Caravaggio, el simbolismo y las creencias espirituales se han representado en el lienzo durante siglos. En los estilos moderno y contemporáneo, con su estética a menudo muy recortada, el componente espiritual sólo se reconoce en la declaración del artista, si es que se reconoce, por lo que el arte significativo es una opción más versátil para los interiores de las casas. Al aplicar la palabra espiritual o religioso puede conllevar una serie de connotaciones desde todos los ángulos, nadie puede negar la cualidad trascendente de ver cómo la imagen, el artista y el mundo se unen en la experiencia de enfrentarse a una composición.

Ela-Ruaj-Caribe-II-Sala

 Ela Ruaj ofrece sus piezas vulnerables tanto en estética como en método. Es a la vez audaz y reflexiva; pasiva de simbolismo pero quizá representativa de creencia. No cabe duda del carácter único de su obra, que a menudo la ha convertido en la pieza central de espacios interiores. ARVIVID se enorgullece de ofrecer sus obras en una variedad de formatos donde los colores pueden cantar sus tonos brillantes ofreciendo calidez y confort a una sala de estar o un comedor. Pueden iluminar un espacio con el recordatorio y el testimonio de la refrescante práctica de romper nuestros esquemas preconcebidos y confiar en que el resultado nos lleve a algo bello.

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